Homenaje a Plácido Fernández Viagas. Manuel Chaves
Intervención del presidente de la Junta de
Andalucía, Manuel Chaves, en el homenaje a Plácido Fernández Viagas.
Sevilla, 4 de diciembre de 2006
La figura de Plácido Fernández Viagas es uno de los grandes activos de la Andalucía actual y, por tanto, debemos conservar y poner en valor su legado político e institucional. De ahí que apoyemos y aplaudamos esta iniciativa de recuperación, patrocinada por la Diputación Provincial de Sevilla, creando un espacio expositivo en torno al que fue el primer despacho del primer Presidente de nuestra Comunidad.
Ha cambiado tanto la realidad andaluza desde finales de los años setenta, que hoy es necesario hacer verdaderos esfuerzos para recordar con cierta precisión y exactitud cómo éramos y en qué condiciones se desarrollaba nuestra vida individual y colectiva.
En un intento de aproximación, podríamos decir que la cantidad y complejidad de los problemas planteados, sólo encontraban equivalentes en la ilusión con que arrancó aquel proceso transformador, aún en su fase preautonómica, porque los recursos eran tan escasos como estas mismas instalaciones o los medios disponibles por entonces. Nada arredró a Plácido Fernández Viagas y a sus colaboradores, a quienes pidió que dejaran de lado sus concepciones particulares o de partido y las sustituyeran por la búsqueda de soluciones eficaces y por una entrega tal al interés general de la sociedad andaluza que, como diría en Cádiz al constituirse la Junta de Andalucía, “si tuviéramos que quemarnos en este empeño, lo asumiremos con absoluta naturalidad”.
El éxito superó con creces la precariedad inicial y mucho debemos a las dotes naturales de un gobernante que respondía perfectamente a las necesidades exigidas por una delicada y frágil circunstancia histórica, cuya prioridad era realizar, de forma pacífica y consensuada, el tránsito de la dictadura a la democracia.
A esta tarea se consagró nuestro protagonista, aportando su pasión por Andalucía y una personalidad rica en matices y perfiles, entre los que destacaban una sólida preparación jurídica, un talante abierto y receptivo, una trayectoria de intachable honestidad y un estilo de vida carente de ambiciones y pujos personales.
Libre de equipaje, que diría Machado, nuestro personaje, tan “machadiano” él mismo, debe ser considerado no sólo como el primer Presidente, con todo lo que ello conlleva de abrir vías de experimentación y de poner los fundamentos de partida, sino también como el auténtico inspirador de la autonomía andaluza y de una forma de entender la acción política.
Me refiero, Sras. y Sres., a que los rasgos que le caracterizaban y que marcaron su labor, desde este despacho o desde el contacto directo con la ciudadanía, le permitieron, en base a la elemental pedagogía del ejemplo, trasladar e imbuir a la sociedad andaluza del espíritu constitucional y de la lealtad a sus principios, de la importancia del diálogo y del acuerdo y de la necesidad de que todos y todas nos implicáramos en un eficaz compromiso con Andalucía.
Siguiendo estos impulsos recordaré, en primer lugar, que Plácido Fernández Viagas fue Magistrado y miembro de Justicia Democrática. Esto quiere decir que el imperio de la ley y del derecho y la conquista de las libertades conformaron su vida profesional y su actividad pública, arriesgando por esta causa durante la época del franquismo y contribuyendo después, como Senador por la provincia de Sevilla, con su preparación y sus conocimientos a la elaboración de una Constitución, que sirviera a las organizaciones políticas de uno y otro signo, a los diferentes territorios y al conjunto de los ciudadanos y ciudadanas de nuestro país.
Ser núcleo de coincidencias ha sido el mérito y es el gran éxito del texto aprobado en 1.978 y que pasado mañana volveremos a conmemorar.
Una Constitución de todos y para todos es una novedad, un punto y aparte en la larga y prolija historia del constitucionalismo español y también representa, en consecuencia, una oportunidad que no podemos desaprovechar.
Y el mejor tributo que podemos hacer a nuestra Carta Magna es recordar y reconocer que su elaboración y aprobación fue fruto del diálogo y de la capacidad de consenso mostrada por los líderes de los principales partidos y del clima de entendimiento y colaboración que ese ejemplo generó en el seno de la vida económica, social e institucional.
En Andalucía este proceder lo ilustra como nadie Plácido Fernández Viagas.
Su empeño, su constancia y su habilidad fueron determinantes para lograr acuerdos con las corporaciones locales, cuyo papel sería fundamental para abrir el camino del autogobierno; con los representantes de empresarios y trabajadores para abordar la difícil situación de la economía y el empleo; y, en fin, con los grupos políticos hasta conseguir, tras un laborioso e intrincado proceso, la firma del Pacto Autonómico Andaluz, hace hoy veintiocho años.
Este fue, tal vez, su momento culminante; el ápice de una breve pero intensa etapa política que tanto nos ha dejado. Sobre todo porque se puso en marcha la cultura del diálogo y de ella hemos aprendido la fórmula más eficaz de resolver los problemas, de avanzar y sortear adversidades y de incrementar nuestro potencial de futuro.
Gracias a aquellos esfuerzos iniciales y a los que se han producido con posterioridad, Andalucía se encuentra hoy en una buena posición para afrontar y superar los retos y desafíos del siglo XXI.
En este contexto nace el nuevo Estatuto de Autonomía, en torno al cual hemos procurado y conseguido suscitar un amplio consenso y del que
esperamos, como ocurrió con el anterior, que sea también un eficaz motor de cambio y de progreso.
Plácido Fernández Viagas tuvo tiempo de contemplar aquella demostración de vitalidad y dinamismo del 28 de Febrero, preludio de las grandes transformaciones que se producirían a partir de entonces. Hoy se sentiría más andaluz que nunca y más orgulloso de serlo. Pero lo que, sin duda, le llenaría de satisfacción es ver qué altas y qué ambiciosas son las miras y las aspiraciones de esta nueva generación de andaluces y andaluzas.
CONSEJERÍA DE LA PRESIDENCIA
Oficina del Portavoz del Gobierno
